La industria de la fresa en la zona de Huelva, Andalucía.
En
el proyecto PLASTIC me gustaría mostrar el paisaje que se
ha formado por la intervención del ser humano en la naturaleza tras un período
de muchos años en una gran zona alrededor de Huelva, Andalucía.
Para
que crezcan las fresas es necesario que se reunan ciertas condiciones climáticas. Al parecer los invernaderos flexibles, formados
por estructuras metálicas cubiertas de plástico que han sido inventadas por el
hombre, de momento son el mejor recurso para hacer crecer las fresas.
¿Qué observamos cuando visitamos la zona?
Desde cerca, vemos estructuras metálicas puestas
cuidadosamente unas detrás de otras, formando un largo arco cubierto con plástico.
Cuando observamos los invernaderos a media
distancia, vemos campos llenos de tubos blancos, puestos perfectamente uno al
lado del otro.
Cuando aumentamos la distancia de observación, los
campos individuales se unen, formando un mar que brilla bajo el sol. Incluso,
desde lejos se puede imaginar que se trata de un verdadero mar de agua.
Lo que destaca al andar por la zona, es el
silencio, el vacío y la tranquilidad absoluta. Parece que allí no pasa nada y
que la zona está abandonada. Sin embargo, la realidad es más bien opuesta: la
industria de la fresa es sumamente intensiva en mano de obra. Dentro de los tubos
de plástico trabajan muchas personas. Todos ellos son trabajadores invisibles,
lo que resulta en un paisaje muy tranquilo.
Ahora que este paisaje ya ha tomado esta forma tan
peculiar, lo único que podemos hacer es valorar por nosotros mismos si nos
parece feo o bonito. Habiendo pasado varios días en la zona para la preparación
de mi proyecto, mi conclusión es que sí, opino que existe belleza en algo que
es muy poco natural. Las líneas de los tubos de plástico, las estructuras
metálicas en forma de media luna, que incluso de vez en cuando están
descubiertas, el contraste de los tubos de color blanco con los colores
naturales de la zona y el cielo azul, la infinita vista de brillo y reflejos hasta el
horizonte. Quizás incluso se podría decir que, sin querer e inconscientemente, ¡¡¡el hombre ha
creado una inmensa y gigantesca obra de arte plástico!!!